¿Estar sola? Mientras no te falles a ti misma el resto da igual. ¿Te culpan? Pues allá cada uno con sus juicios, en el peor de los casos tienen razón, y la siguiente pregunta sería ¿y qué? ¿Y ahora qué? Pues nada. Y volvemos a la casilla de salida, si quieren estar que estén y si no quieren estar que se vayan y ya volverán y tendrán que asumir si tu puerta está cerrada o abierta.