miércoles, 25 de octubre de 2023

el equilibrio

Para que una relación funcione hace falta que sea equilibrada.

Equilibrada en interés mutuo, en deseo mutuo, en generosidad, en disposición a dedicar al otro tiempo y atención.

Este equilibrio debe llegar de forma natural, sin buscarse, debe surgir del interior de cada uno. Debe surgir de cómo es uno y de cómo percibe al otro, de lo que le despierta el otro. 

También se puede llegar de forma artificial. Forzando a estar menos disponible, ser menos generoso. 

Pero ocurre que cuando se busca de forma forzada una o las dos personas llegan a un punto que no les representa. Y eso es otra fuente de frustración.

Cuando no hay equilibrio las dos personas se sienten mal. La que está más volcada porque le frustra sus carencias, sus necesidades insatisfechas. Y la persona que da menos porque tiene a su lado a alguien a quien ve frustrado y ve que no puede hacer nada por llegar al equilibrio.

Llegados a este punto de desequilibrio la mejor opción no es mendigar amor ni convertirse en un tirano viendo cómo te suplican atención. A todos nos suena creo.

La solución es tan sencilla como alejarse y tener contacto cero. Aunque en el mundo de las emociones las órdenes al cuerpo van por carreteras secundarias y tortuosas.