sábado, 1 de noviembre de 2014
Un segundo...
Salí a correr a mediodía. Tenía la tarde con la agenda colapsada. No tenía un segundo libre. Las series en el parque romano empezaron clavando al segundo lo pautado, luego empeoró un poco. A la vuelta iba pensando en cómo nos habíamos organizado para gestionar los asuntos que teníamos entre manos esa tarde. Cuando doblé la última esquina para llegar corriendo a casa solo faltaba un segundo para terminar mi entreno. Una ambulancia estaba encima de la acera en mi misma calle. Sirena puesta con señal luminosa. Busqué "Transporte sanitario no urgente" pero no lo encontré. O más bien lo encontré pero le faltó el "no". En un segundo tuve dudas de que estuviera pasando algo. Al terminar de doblar la esquina en medio segundo se disiparon las dudas. Dos coches de Policía Nacional, uno de Bomberos y otra ambulancia. Seguí bajando la calle y solo me quedaba la esperanza de que no fuera en mi portal. Aunque estaban muy cerca, todavía no tenía ángulo para ver qué portal era. Cuando llegué a la altura del mío, la puerta abierta y un bombero saliendo dieron un vuelco al corazón en un segundo. Pregunté "¡¡¡en qué vivienda es!!!! Pareció no oírme. Por un momento pensé que me iba a atravesar y que yo era transparente para él. ¿Sería yo el fallecido y estaba presente como espíritu en aquella escena? Si creyera en estas cosas podría ser pero no era el caso. En el rellano zigzagueaba un familiar, que yo conocía de vista, de una vecina. Ella sí me vio y me dijo: no pasa nada. ¿Tu hermana? Sí, pero no pasa nada. Si te puedo ayudar en algo dímelo. No, gracias, todo bien. Me dio muchísima pena. Esperaba hasta que le dieran noticias. No me engañaba, no pasaba nada tan grave. aunque en un segundo estuvo a punto de cambiar todo, y, aunque no cambió, aprendes que un día puede cambiar...