Hace dos años que había fallecido su marido.
Era alemana. Hablé con ella en inglés.
Desde que llegó a su apartamento no salió de la terraza.
Llevaba años viniendo a Puerto Rico.
No paraba de fumar y de beber.
Venía para quedarse dos semanas.
Me saludó varias veces mientras escribía esto. Lo último que se imagina es que estoy escribiendo sobre ella.