miércoles, 8 de marzo de 2017

Perdidas en el tiempo

Nunca llegaba tarde a recoger a su hija.
Eran más de las seis, empezaba a oscurecer.
El teléfono sonó. En la pantalla se podía leer "colegio".
El policía lo miró y dejó el teléfono en el asfalto junto al cadáver.
Fue la primera de muchas llamadas perdidas en el tiempo.