"Tú aún eres un crío, pero cuando cumples los cuarenta, ya tienes más pasado que futuro"
Caídos del Suelo. Ramón Betancor.
Una genialidad literaria de Ramón. Una más.
Pero vamos a intentar ver la botella medio llena.
A los cuarenta uno tiene recuerdos básicamente de los diez años en adelante. Antes de los diez solo algunos recuerdos y de los diez en adelante poco a poco uno tiene el mapa de nuestra vida cada vez más llena de recuerdos.
Si analizamos lo que ha pasado en esa "vida de recuerdos", en esos treinta años a lo sumo, resulta que a primera vista nos parece un suspiro. Y así es, porque como tantas cosas, el tiempo también es relativo. Pero a poco que indaguemos más tenemos la sensación de haber vivido toda una vida desde entonces. Nuestra vida. Y nos queda por lo menos otra por vivir.
Si por un lado nos cuidamos , y por otro tenemos la suerte de que no nos toque premio en esa ruleta que son algunas enfermedades, el resultado es toda una vida por delante.
Una genialidad literaria de Ramón. Una más.
Pero vamos a intentar ver la botella medio llena.
A los cuarenta uno tiene recuerdos básicamente de los diez años en adelante. Antes de los diez solo algunos recuerdos y de los diez en adelante poco a poco uno tiene el mapa de nuestra vida cada vez más llena de recuerdos.
Si analizamos lo que ha pasado en esa "vida de recuerdos", en esos treinta años a lo sumo, resulta que a primera vista nos parece un suspiro. Y así es, porque como tantas cosas, el tiempo también es relativo. Pero a poco que indaguemos más tenemos la sensación de haber vivido toda una vida desde entonces. Nuestra vida. Y nos queda por lo menos otra por vivir.
Si por un lado nos cuidamos , y por otro tenemos la suerte de que no nos toque premio en esa ruleta que son algunas enfermedades, el resultado es toda una vida por delante.
El apego a la vida es muy fuerte durante los años anteriores y posteriores a los cuarenta. Quizá eso haga que nos planteemos muchas más cosas. En la adolescencia abunda el atrevimiento y el asumir riesgos, se busca posicionarse en relación a los demás, y eso resulta vital para los adolescentes. No por causas reales pero sí por causas que vinieron heredadas de nuestros antepasados y que no hay manera de cambiar en ninguna época de la humanidad.
Seguramente este apego disminuya en todas las personas con la edad y el drama de una muerte a los 90 no es el mismo que el de una persona con 40. Para bien y para mal. Quizá sea lo mejor para todos.
Reflexionar sobre qué valores tenemos cada uno en relaciones familiares, amistad, trabajo, salud, ciudadanía puede resultar de ayuda. Con respecto a esos valores, nuestra manera de pensar sobre cada uno de ellos es muy importante. Centrar nuestras actividades, nuestros próximos planes en acciones relacionadas con esos valores influye enormemente en nuestra felicidad existencial.
No esperemos que el día a día sea un "qué bien me siento" todo el rato. Eso no existe en nuestra especie. Nuestras emociones están preparadas para notar diferencias y responder a diferencias, no a cantidades absolutas.
Una piscina tiene una parte más profunda que otra pero en toda la piscina existe una superficie y que a la vista es igual en cualquier parte de la piscina independientemente de lo que haya debajo. Esa superficie es en la que flotan nuestras emociones. Da igual el fondo, siempre nos movemos y nos mareamos en la superficie.