Defiende el autor que hay tres aspectos a tener en cuenta: socialización, inteligencia y personalidad. Los dos últimos (inteligencia y personalidad) tremendamente marcados desde el nacimiento (heredados o no de la madre o del padre pero marcados en los genes desde el nacimiento).
La inteligencia es un término cada vez más ambiguo y en mi opinión cada vez con menor valor. Está muy relacionado con el éxito académico porque básicamente se miden cosas parecidas a lo que se pide en los estudios académicos. Pero tengamos en cuenta que el sistema educativo (cada vez se sabe con mayor certeza y por más personas) está básicamente obsoleto. Como ejemplo pongo que una niña de 8 años aprende a utilizar y estudia cómo funciona un diccionario de papel. Ese diccionario que jamás va a usar cuando salga del colegio. No tengo yo la respuesta a qué se debe hacer en este caso. Es un tema muy complejo, muy difícil de resolver y no es el objeto de esta entrada del blog.
En cuanto a la personalidad cualquier madre o padre que haya tenido más de un hijo sabe que son distintos en su forma de comportarse en general, sabe que hay algo innato que es más fuerte que lo que le puedan inculcar ellos como padres. Y que esa forma de ser cambia muy poco a lo largo de la vida. El niño que es extrovertido tiende a seguir siéndolo de por vida, y así con el resto de la variables que componen la personalidad que podríamos definir como esa forma de comportarnos habitualmente.
Ahora bien, si en algo tenemos margen de juego es en la socialización:
Se denomina socialización o sociabilización al proceso a través del cual los seres humanos aprenden e interiorizan las normas y los valores de una determinada sociedad y cultura específica. Este aprendizaje les permite obtener las capacidades necesarias para desempeñarse con éxito en la interacción social.
Y este margen de actuación de las madres y padres es el que me está empezando a preocupar.
Cada vez veo con más frecuencia en la calle a madres y padres interaccionando con su móvil y no con sus hijos. ¿En qué afecta eso al niño? Uno de los aspectos de mayor importancia en el cuidado de un niño es la atención que le podemos prestar. Si tenemos tiempo para prestar atención a lo que dice o a lo que hace mejoramos la calidad de los cuidados que le ofrecemos. Cuanto más tiempo tengamos más calidad en los cuidados. Y esa atención se ve drásticamente reducida si cuando estamos con nuestros hijos estamos atentos al móvil en vez de a ellos.
Video relacionado con el sistema educativo y su obsolescencia