La vergüenza, la necesidad de aprobación ajena, los esquemas sociales, el rechazo del amargado de turno que quiere juzgar tus conductas con su propia visión. Ejemplos todos de lo mismo.
Pasa el tiempo, ya sean horas o años, y no haces aquello que te haría feliz, aunque sea un intento de algo y que igual no sale bien.
A veces hay que alejarse de los que más cerca tienes porque ni tú ni nadie los va a cambiar. Y es difícil tenerlos cerca sin contagiarse de su juicio.
También cada uno tiene el derecho a vivir emocionalmente las experiencias de la vida según su forma de verla. Tanto en experiencias positivas como negativas se tiede a juzgar cómo vive cada persona sus momentos.
Tenemos miedo a los demás y al final todos envidiamos a los que se atreven a vivir sin miedo.