Era menor. Podía estudiar, pero al cumplir los 18 debía ser independiente económicamente. Y eso es misión imposible incluso para los que tienen todo el soporte familiar a su lado.
Juega en un equipo de fútbol federado. Las ganas que pone en cada jugada eran proporcionales a su necesidad de destacar. Una lesión no sólo podía acabar con sus aspiraciones deportivas sino con su plane de vida en general, su único plan posible.
Mi hijo dice que es feliz. Que son felices. A mí se me parte el alma verlos en grupo sentados en la avenida. Lejos de su familia. Son niños.