viernes, 1 de abril de 2022

marzo

Pudo ser cualquier martes de marzo. Daba exactamente igual el día. 
Palabras, gestos, sonrisas verdaderas, ríos de honestidad naturales y trasparentes. 
Besos blancos y húmedos, abiertos, palabras, más besos. 
Tu cara de complicidad. 
Tu naturalidad en el sexo. Tu saber disfrutar. Tu decisión en elegir. Tu delicadeza natural al decir las cosas. Tu libertad sin más, sin lucha, sin reivindicaciones, la expresas con naturalidad y no hace falta más. 
Tu claridad de ideas. Tus maravillosas conclusiones. 
Tu pérdida de control en tus orgasmos, algo tan tuyo e íntimo. Acompañarte en uno de ellos con un abrazo es un relago de la vida.