Meto la mano en tus braguitas con algo de brusquedad pero no toco tu sexo. Solamente la piel que lo rodea mientras siento que suben tus jadeos y te mueves cada vez de forma más incontrolable.
Me gusta esperar y estar seguro de meter el dedo cuando hay un pozo de excitación. Sentir que te retuerces contra mí y tienes que dejar de besarme.
Me vuelve loco verte gozar y me encanta que hables sin tapujos. Que pidas sin tapujos. Que ofrezcas sin tapujos. Que me mires mientras haces una obra de arte con tu boca en mi sexo.
Que me pidas más y te la metas cuando quieras. Que sepas moverte, ahora te toca a ti. Que me avises, hazlo siempre porque disfruto sabiendo que estás gozando. Y me fascina que cuando alcanzas el orgasmo te abraces, hazlo fuertemente. Piel con piel de arriba a abajo. Quieta. Tiembla. Abrazada a mí, así, indefensa, sin poder moverte de éxtasis. Tus orgasmo son la cosa más bonita que he vivido en el sexo.