La extrañeza de tomar conciencia de la complejidad del mundo. Del engranaje de toda la organización. De la fragilidad o fortaleza de la realidad. Pero también de que no hay un resultado único y perfecto, un destino escrito. De que al igual que la marea, la realidad toma formas que son el resultado de infinitas posibilidades, todas ellas perfectamente explicadas por sus antecedentes pero sin que un cambio en los mismos tenga la suficiente trascendencia para cambiar nada importante.