La vida de la familia ocurría alrededor de la cabaña. Las tierras áridas era lo único que veían.
No soñaban con nada más. No habían conocido algo distinto a aquello. Se tenían. Era una vida dura pero sabían a qué jugaban. Por las tardes, cuando el trabajo terminaba, veían el atardecer sentados fuera de la casa en los sillones
No soñaban con nada más. No habían conocido algo distinto a aquello. Se tenían. Era una vida dura pero sabían a qué jugaban. Por las tardes, cuando el trabajo terminaba, veían el atardecer sentados fuera de la casa en los sillones