Te aferraste a la última bandera como nadie lo había hecho jamás y después de ti nadie hizo.
Con tu locura, con tu ira, con tus formas equivocadas, pero luchaste como yo nunca he tenido que hacer y no sé si haría.
No me dejaste marchar. Tú no me dejaste marchar, tuve que irme a la fuerza.
No cambiaría ahora mi decisión, pero cada vez valoro más tu coraje y tus ganas de mí. Tus ganas de mí de inicio a fin y en todo.