Fue un flash. Una imagen. Quizá duró cinco segundos. Igual ni eso. Yo miraba por la ventanilla del tren. En el andén se veía un diseminado de personas negras. Ropas oscuras. Todos separados unos de otros. Gente que se dirigía a sus trabajos desde los barrios de la periferia. La imagen que recuerdo desde el tren era en movimiento yo y ellos eran figuras quietas, todos mirando a sus móviles, ni siquiera levantaron la vista al pasar el tren.