En nuestra evolución como especie tuvo un sentido práctico para subsistir pero ahora lo ha perdido.
Si la ira de alguien tiene consecuencias prácticas para nosotros como puede ser económicas o que limite nuestros recursos podemos tomar decisiones al respecto. Pero eso no implica que nuestro estado emocional dependa del estado emocional de la otra persona. La mayor parte de las veces no hay una consecuencia práctica. Simplemente sentimos ira porque vemos que la otra persona la siente.