Atardecer. El Sol continúa templando el aire que siento y alumbrando el mar que veo. Sentado escucho el sonido rítmico de las olas. En este mismo instante hay brazos que sienten dolor y abrazos aplazados. Hay piernas mutiladas que harán esperar quizá para siempre un paseo con pies mojados. Hay labios rotos que harán esperar el próximo beso. Hay corazones que laten y harán esperar emociones mejores. Hay otros corazones que se apagarán cuando se cansen de resistir el golpe. Hay corazones que ya se han apagado. Personas que existían y han dejado de existir. Queda vivo su recuerdo entre los que no estábamos allí, y entre los que estaban y lo vieron y nunca olvidarán.