Si te da igual lo que dure, si te da igual el tipo de relación, si te da igual lo bien o mal que lo pases durante o después de la misma, entonces el estudio te lo puedes ahorrar.
Pero a pocas personas o a nadie le da igual todo eso.
Hay incompatibilidades obvias y que aún así no se estudian. Proyecto de vida, querer o no querer hijos, querer o no convivir, ciudad en la que se desea vivir, tipo de ocio. Son incompatibilidades que hacen viable una relación o no. Ignorarlas es casi sinónimo de relación fallida.
Hay otras incompatibilidades no tan obvias. Están relacionadas con formas de ver la vida. Distintas forma de ver las relaciones entre personas por ejemplo. Valores. Respeto a las personas y su divergencia. Esas son más complicadas de detectar y muchas veces están disfrazadas de "somos distintos y nos complementamos", "ya nos entenderemos". Hay cosas en las que sí, ya se entenderán. Pero hay algunas que están tan arraigadas en la forma de ser que no van a cambiar y al final suponen una incompatibilidad. Como decía una amiga, por muy bueno que sea todo lo demás, cuando la diferencia afecta a tu persona... Querer que la otra persona vista distinto, querer que no sea tan cariñosa con sus amistades, querer que tenga ciertos modales, ciertos protocolos. Querer que nos dedique más o menos tiempo (sin entrar en qué prioridad queremos darle a nuestra pareja). La importancia que se le da a los bienes materiales, a los lujos, al aparentar. Distintas sensibilidades hacia el sufrimiento animal o de personas. Todos esos temas saltan más a la larga y son temas que desde el principio se ven llegar pero no hacemos caso. No estudiamos la viabilidad de la relación a priori
Ya sé que eso no garantiza éxito, pero lo contrario, tirar para adelante sin mirar nada, garantiza casi el fracaso. Y como decía al principio, si te da igual, mándale palante sin problema