sábado, 29 de marzo de 2025
el precio de la libertad
martes, 25 de marzo de 2025
desconexión digital
miércoles, 5 de marzo de 2025
el accidente
El impacto fue a las 18:07 en la esquina de la calle Secretario Padilla con la calle California.
Y uno no puede dejar de pensar en qué hubiera ocurrido si hubiera pasado antes o después de esa hora por ese lugar.
No hace falta que fuera media hora antes, bastaba con que hubieran sido 2 segundos después. Bastaba con que no lo hubiera mandado a hacer la compra antes de coger la patineta. Bastaba con que la persona que estaba delante en la cola del supermercado no se hubiera liado pagando en metálico. Bastaba con que no se hubiera liado buscando el kéfir, si le hubiera pedido yogur hubiera salido antes del supermercado. Da igual que hubiera llegado antes o después, pero no hubiera sido a esa hora.
Y qué decir del otro vehículo. ¿Haría la compra antes de coger el coche? Era un taxi, ¿y si el cliente que estaba dentro hubiera vivido en otro lugar y no hubieran cogido por esa calle?.
Claro que también tendríamos que pensar en la cantidad de veces que no ha pasado nada y que también dependieron de un montón de circunstancias previas.
Tenemos una capacidad enorme de decidir la suerte que corremos. Vamos aprendiendo por la vida a decidir. Unas veces la propia vida nos enseña a bofetones, otras nos enseña con regalos inesperados. Y si nos molestamos en estudiarla veremos que muchas de las cosas que nos ocurren están ahí por nuestras decisiones y así vamos poco a poco asumiendo nuestra responsabilidad en nuestra historia.
Pero también es cierto que el azar va poniendo y quitando cosas de nuestro camino. El azar nos ha puesto delante nimiedades que terminan siendo fundamentales en nuestro futuro. Da miedo pensarlo porque además no podemos hacer nada con ese azar, esa parte de lo que nos rodea cada día.
Y quizá la vida sea sólo eso, azar y decisiones. Aceptar la incertidumbre del azar y aprender aquello que nos haga tomar decisiones que nos hagan más felices.