martes, 17 de septiembre de 2024

piel fina

Tengo la piel muy fina para ciertas cosas. Una es la tolerancia a la agresividad, la forma agresiva de hablar. Otra de ellas es a que me digan lo que tengo que hacer.

 Acepto que alguien vea esas dos cosas en concreto como defectos. Yo no, y no tengo intención de cambiarlo. 

Con respecto a lo de decir lo que tiene que hacer otro es muy habitual que la gente te diga (con toda su buena intención) que algo que haces está mal, o que te "aconsejen".
Cuando a mí me piden consejo siempre digo lo mismo: esa palabra la tengo desterrada de mi vida personal o profesional, yo te puedo dar información y mi experiencia pero la decisión válida es la tuya, lo que yo haría solo vale para mí, no para otra piel.

Idealizamos a las madres, a los padres, a los abuelos, a los mejores amigos. Pero en muchas ocasiones son una lacra emocional que sufren los hijos, las hijas, nietos, etc.

En cuanto a los abuelos sobra decir que son de otra generación. Y los hay que saben respetar y aceptar que los criterios son otros y los hay soberbios y groseros como cualquier otra persona, no los salva ser el abuelito. Esto es así queramos verlo o no.

Madres que hicieron la vida imposible a hijos homosexuales las hay a patadas. 

En mi opinión, detrás de cada tirón de oreja a la decisión de otra persona hay una falta de respeto a la libertad individual de hacer cada uno lo que crea conveniente según su criterio, su experiencia, o simplemente según le vino en ganas.

lunes, 9 de septiembre de 2024

los sifones

Si dices hasta luego y no te escucha la camarera, el primer cliente de la barra sustituye la función social del saludo y te devuelve el hasta luego.

Uno pidió un Chinchón y yo me quedé esperando a ver si lo que ponía era un churro o un tipo de café especial, que, al igual que el barraquito en la otra provincia, que visito mañana, igual podía ser un tipo de café especial en Cardones. Vaya tontería se me ocurrió. Al final era una bebida alcohólica. A las 8 y media de la mañana. Mientras se lo bebía le enseñaba fotos a otro parroquiano de la papas que había plantado ayer. 

Ese televisor sigue siendo el mismo a pesar de cambiar toda la antigua decoración del bar. Hacía más o menos un año que no pasaba con la bici por ahí. Circunstancias. Es la primera vez que entro después del cambio de dueño, supongo que ha pasado eso. Echaré de menos la tortilla que me hacía desayunar dos veces y el queque y truchas de batata. 

Aunque nadie del bar se lo creería, en ese televisor he visto más noticias en las pocas veces que paro que en mi casa en los últimos años. Mientras ellos escuchaban de fondo las mismas noticias que habrían oído en casa toda la semana, y que a veces la cogían de hilo para iniciar una discusión, yo me enteraba hasta de quien había ganado las elecciones.