Muchas veces, además, no es que se tengan sino que se creen tener, o en el peor de los casos se dice tenerlas, como si fuera sinónimo de virtud.
En muchas ocasiones esto lleva a no ser flexible, a no estar abierto a la experiencia y al aprendizaje.
Como he escuchado muchas veces,, lo único constante es el cambio.
Al final termina siendo una postura menos adaptada a este baile de sorpresas que es la vida.