lunes, 21 de junio de 2021

la viejita

Era un restaurante turístico de cierto lujo. En la mesa había cuatro personas muertas de risa. La señora que se acercó a ellos era muy anciana. Caminaba con dificultad agarrada de un carrito de compras donde llevaba todas sus pertenencias. Pidió dinero. Normalmente no nos atrevemos a dar cuando vamos en grupo. Nos avergüenza ser buenos. Requiere cierta valentía. Una chica de los cuatro sacó la cartera. Y otra le preguntó si quería algo de comida. No dijo nada, solamente un sí con la cabeza. Cogió el dinero y el bocadillo improvisado. Somos unos jodidos afortunados. Las risas en la mesa se aplazaron por un rato.