martes, 5 de mayo de 2020

las emociones

Las emociones que siente otra persona no tienen una relación de causalidad con nuestras emociones. Aunque genéticamente nuestra especie está predeterminada a contagiarse de las emociones ajenas, no hay nada que materialmente haga que la ira de alguien cause ira en nosotros. Simplemente somos capaces de percibir esa ira y a partir de ahí vienen ciertos pensamientos que provocan nuestra ira.
En nuestra evolución como especie tuvo un sentido práctico para subsistir pero ahora lo ha perdido. 
Si la ira de alguien tiene consecuencias prácticas para nosotros como puede ser económicas o que limite nuestros recursos podemos tomar decisiones al respecto. Pero eso no implica que nuestro estado emocional dependa del estado emocional de la otra persona. La mayor parte de las veces no hay una consecuencia práctica. Simplemente sentimos ira porque vemos que la otra persona la siente.

lunes, 4 de mayo de 2020

la belleza

Pequeñas heridas de guerra que no impiden ver la belleza salvo para aquellos que no sepan verla. 

sábado, 2 de mayo de 2020

una pequeña ventana

Cosas que no esperaba...

Ver a tanta gente conocida. Ya se me había olvidado la cantidad de gente que saludo en un paseo por Las Canteras.

Ver nueve vehículos de policía con las sirenas en posición regados en tan solo un kilómetro exacto de avenida. Desde la biblioteca Josefina hasta el auditorio. Impresionaba a esa hora antes del amanecer y te pone de golpe en la realidad.

Ver a un caballero del deporte con el que lo normal hubiera sido compartir unos kilómetros de carrera y luego seguir cada uno y que apenas bajé el ritmo para decir su nombre y levantar la mano. Con él compartí algún domingo por la tarde de carrera bajo una lluvia maravillosa cuando el resto estaba en sus casas por voluntad propia.

Ver a una amiga a la que en condiciones normales le hubiera dado un beso y un abrazo de los que levantan del suelo y que despaché con un beso volado. 

No esperaba alegrarme tanto con ese sabor agridulce de saludar a tantas personas.

No esperaba tampoco emocionarme viendo la cumbre en cada brazada. Viendo cómo se encendía de rojo con los primeros rayos de sol. Con un cielo limpio allá arriba diciéndome queda poco.