El niño dijo, señor, sabe que mañana hay fiesta en el pueblo, hay juegos, clown, baño en el río. No pasaba de los 6 años y pintaba un bolardo metálico de la plaza mayor del pueblo. Su hermana, de unos 7, tranquilizó a su perro dándole una vuelta por la plaza y volviendolo a amarrar, era un perro alto y flaco. Su madre colocaba adornos en las farolas mientras cargaba con un bebé amarrado a su barriga. Su padre usaba una pequeña escalera para adornar las farolas de las fachadas. Trabajaban todos y escuchaban la música tradicional que salía del furgón. La plaza estaba llena de pequeñas hojas secas que danzaban al son del viento sin levantarse un palmo del suelo, como el movimiento de agua en la superficie del mar en Agaete. De vez en cuando en algún punto de la plaza se alzaba un pequeño torbellino de hojas que se elevaba un metro. El aire era caliente. Era Alarcón, un pueblo perdido en las llanuras de Castilla la Mancha.
jueves, 28 de junio de 2018
domingo, 17 de junio de 2018
El avión
Los abrazos en los aeropuertos tienen sabor piel, a contacto, a sinceridad, a despedida, a llegada, a ausencias, a vivencias.
miércoles, 6 de junio de 2018
El error fundamental
Deja el coche en la misma puerta encima de medio paso de peatones y entra tan tranquilo en el edificio. Te da ganas de sacar una foto y denunciar. Y piensas, gente adinerada que no respeta a otra gente. A los 3 minutos sale con su hija. Él bajó la rampa de espalda y riendo. Agarrando la silla de ruedas para que no cogiera velocidad. La niña podía tener 7 años. Apenas movía las manos. Y una vez más caes en la cuenta de que juzgamos sin compasión.
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